lunes, 26 de enero de 2009

Al fin


Acabé. Ya me lo dijeron. Sería una travesía d
e desierto. Y lo fue. No quería creerlo. El tiempo pasó. Nunca diré como una exhalación. Más bien ha sido al contrario. La dureza del transito me ha dejado huella. En el alma. En lo físico. Y sí, ha sido positivo. He enfrentado. Lo he conseguido. Ahora en la mesa el resultado. Un conjunto anillado de hojas de papel. Tengo la espalda apoyada. La mirada en el cielo. Perdida. Nuevas ideas, proyectos e ilusiones. Sí, pero no me engaño. El trabajo no ha acabado. Quizás no ha hecho más que empezar. La silla cruje. Tiemblo. Sí, no ha hecho más que empezar...


domingo, 18 de enero de 2009

Principe de Asturias para Carlos Giménez


Rafa Marín y Carlos Pacheco desde Crisei lanzan una propuesta sin concesiones. El reconocimiento del premio Principe de Asturias para Carlos Giménez.

http://crisei.blogalia.com/historias/61536

Sin lugar a dudas un clásico de nuestro tiempo. Hemos vivido sus páginas y sentido sus viñetas, sus textos y sus trazos. Hemos aprendido a no olvidar. A reivindicar el recuerdo. Quién sino Carlos Giménez, con una trayectoria brillante, de una integridad y una coherencia inquebrantables. Desde este pequeño rincón del escenario virtual intentaremos dar luz a la figura y la trayectoria del maestro. Se admiten peticiones. Ustedes diran.

El artefacto perverso


El Artefacto Perverso. Felipe Hernández Cava, Federico del Barrio. Novela Gráfica. Especial Autores Españoles. Planeta DeAgostini. Rustica. 64 págs. B/N.

La memoria y su recuperación. La lucha contra el olvido y lo absurdo de la opresión. Las victimas y los verdugos. Al final el recuerdo como arma. Felipe Hernández Cava (Madrid, 1953) y Federico del Barrio (Madrid, 1957) nos ofrecieron en 1996 esta obra comprometida de lectura amarga. Madrid, durante la posguerra. Enrique es un dibujante. La revista para la que trabaja cierra. Hacía chistes de una viñeta. Le han hablado de una editorial en Valencia que ha comenzado a editar tebeos de aventuras. “¿Y tú sabes hacer tebeos?” le pregunta su mujer. “Tendré que intentarlo” le responde. Así nacerá “Pedro Guzmán, el intrépido aventurero español”. Enrique sueña con perderse en la desmemoria. Dibuja y olvida. No desea recordar el pasado: la guerra civil. Un amigo de esa época se presentará en su casa. Le reclamará. Desde el pasado, el presente quedará inundado. Cava mezcla las tres tramas con maestría. Del Barrio adapta un estilo de dibujo acorde a cada una de ellas. La realidad y la ficción se entremezclan, fluyen. Madrid es como si lo hubieran pintado de gris dice el personaje en una viñeta. Los cables del tranvía flotan en las imágenes como una tela de araña: asfixian. Del Barrio coloca los diálogos fuera de la imagen, experimenta con los planos, nos aturde con sus blancos y negros, animaliza los personajes. Enrique ha sobrevivido gracias a la desmemoria. Quiere olvidar a sus compañeros del quinto regimiento. Cumplirá. No los traicionará. Y sabrá de aquel tren que llevaba los cuadros del Museo del Prado. Uno de sus compañeros le contará la historia de la persona que iba a volarlo y no pudo: Jordi. Las palabras de Jordi suenan con fuerza de epitafio: “En esas hojas estaba escrita la historia […] y la tuya… y la mía… Era aterrador, pero allí estaba todo escrito. Todo lo que iba a sucedernos. Todo lo que quedaría de nosotros. Hojas y hojas en blanco.” ¿Qué queda al final de tanta muerte? Me pregunto. Atrévanse con su lectura. Les impresionará.
© Pedro F. Navarro, 2008

(Columna Noveno Arte publicada originalmente en el periódico 30 Días en febrero 2008)

sábado, 10 de enero de 2009

Cuerda de presas


Cuerda de presas. Jorge García, Fidel Martínez. Astiberri Ediciones. Rustica. 95 págs. B/N.

Somos presos de nuestros recuerdos. Los edulcoramos hasta que son dóciles. Montamos nuestro escenario de cartón piedra. Representamos no sin banalidad la ausencia de dolor. No nos hace ningún daño. La verdad queda oculta y lo sabemos. Jorge García (Salamanca, 1975) y Fidel Martínez (Sevilla, 1979) no buscan amanerarlos o amaestrarlos nos muestran los recuerdos de una época en crudo. Un espejo cuyo reflejo duele en el alma. Devuelven la voz a quién el tiempo la ahogó. Cuerda de presas es un álbum valiente, sin concesiones, consta de once historias donde se nos muestra la realidad de una represión. Es la historia de las presas políticas durante los primeros años de la dictadura franquista. Desde Guadalajara hasta Palma de Mallorca pasando por Les Corts o Las Ventas. Es la geografía de un dolor sembrado de vergüenza. Cada historia una cárcel. Cada historia una mujer que nos habla desde las sombras que hemos producido. Trazos rectos cortados a fuego sobre el blanco, rostros poblados de arrugas de dolor, sombras manchando vidas, rejas entrecortadas de miradas, hojas arrastradas por un viento de silencio, los dibujos de Fidel Martínez se quedan grabados en la retina, duelen, y a la vez son de una aterradora sinceridad. “¡Elisa Vázquez, Elisa Vázquez a capillaaa!” “Ya voy, ¿es que no ve que aún no he terminado de amortajarme?” Los textos son de una fuerza y belleza poco habituales en nuestra historieta nacional, nos sumergen, nos transportan. Las voces son femeninas, carecen de truco. Las frases cortadas, los silencios, la ternura, los sentimientos nos son narrados como solo uno de los mejores guionistas podría hacer. Jorge García nos ofrece en este álbum uno de sus trabajos más brillantes. “No debería poner esto por escrito… Hacerlo es una forma de dejar de sentir… No solo el dolor sino también la ternura, y no quiero que también me quiten eso.” Esta historieta cumple con una deuda histórica para con estas mujeres. Les envidio, lo saben, ustedes aún no lo han leído, y les aseguro que les transportará. Devuélvanles la voz, no dejen a estas mujeres atrapadas en el olvido.

© Pedro F. Navarro, 2007

(Columna Noveno Arte publicada originalmente en el periódico 30 Días en diciembre 2007)

lunes, 5 de enero de 2009

El rumor de la escarcha


El rumor de la escarcha. Jorge Zentner, Lorenzo Mattotti. Especial BD. Planeta DeAgostini. Rustica. 118 págs. Color.

“La piel me ardía…Y Alice dijo: “Quisiera tener un hijo. Un hijo tuyo Samuel”” Es entonces cuando aparece el miedo. Lo sentimos a menudo. Es una sensación que puede llegar a paralizarnos. Que nos sumerge y nos ahoga. El rumor de la escarcha habla de miedos: del de la paternidad, del de la responsabilidad… Jorge Zentner (Basavilbao, Argentina, 1953) y Lorenzo Mattotti (Brescia, Italia, 1954) nos sumergen en un relato intimista con un nivel de introspección tan complejo como magistral. Alice se marchará, Samuel no podrá evitarlo, en este punto comenzará una búsqueda, y una lucha. Un viaje hacia su interior que llevará a Samuel a atravesar esos pájaros con sus graznidos que representan ese miedo. Rumbo a ninguna parte se verá envuelto en un incendio forestal, las llamas rodearan el autobús, tendrá que salir, luchar y se dirá: “Yo nunca había estado en una guerra”. Perderá la vista, pasaran los meses, su vida desfilará en su oscuridad, tendrá que replantearse su existencia. Buscará a Alice. Arriesgada. La puesta en escena que nos ofrecen Zentner y Mattotti está llena de riesgos y de pocas concesiones. Una novela gráfica con dos viñetas por página acompañadas por un cartucho superior de texto y algunos diálogos. Una obra que debería de dejarnos fríos debido a su monotonía. Sin embargo, su lectura nos hace entrar en unas vivencias de una calidez pocas veces conseguida en historieta. Los dibujos de Mattotti, su color, su puesta en escena, sus simbolismos sin concesiones, su narración, nos empuja a una lectura compulsiva, los personajes están imbuidos de vida, y sus penurias, sus sentimientos, sus dudas y sí, sobre todo sus miedos, nos son expuestos por medio de unos textos carentes de artificio, y de una calidad literaria como solo Jorge Zentner, el autor de la maravillosa “El silencio de Malka” nos podría ofrecer.
“La carta de Alice llegaba desde un país lejano, muy lejano. Fui a buscar un atlas. Como si, en los mapas, fuera posible encontrar el olor de su piel”. Léanla, no defrauda.

© Pedro F. Navarro, 2007

(Columna Noveno Arte publicada originalmente en el periódico 30 Días en noviembre 2007)