domingo, 18 de enero de 2009

El artefacto perverso


El Artefacto Perverso. Felipe Hernández Cava, Federico del Barrio. Novela Gráfica. Especial Autores Españoles. Planeta DeAgostini. Rustica. 64 págs. B/N.

La memoria y su recuperación. La lucha contra el olvido y lo absurdo de la opresión. Las victimas y los verdugos. Al final el recuerdo como arma. Felipe Hernández Cava (Madrid, 1953) y Federico del Barrio (Madrid, 1957) nos ofrecieron en 1996 esta obra comprometida de lectura amarga. Madrid, durante la posguerra. Enrique es un dibujante. La revista para la que trabaja cierra. Hacía chistes de una viñeta. Le han hablado de una editorial en Valencia que ha comenzado a editar tebeos de aventuras. “¿Y tú sabes hacer tebeos?” le pregunta su mujer. “Tendré que intentarlo” le responde. Así nacerá “Pedro Guzmán, el intrépido aventurero español”. Enrique sueña con perderse en la desmemoria. Dibuja y olvida. No desea recordar el pasado: la guerra civil. Un amigo de esa época se presentará en su casa. Le reclamará. Desde el pasado, el presente quedará inundado. Cava mezcla las tres tramas con maestría. Del Barrio adapta un estilo de dibujo acorde a cada una de ellas. La realidad y la ficción se entremezclan, fluyen. Madrid es como si lo hubieran pintado de gris dice el personaje en una viñeta. Los cables del tranvía flotan en las imágenes como una tela de araña: asfixian. Del Barrio coloca los diálogos fuera de la imagen, experimenta con los planos, nos aturde con sus blancos y negros, animaliza los personajes. Enrique ha sobrevivido gracias a la desmemoria. Quiere olvidar a sus compañeros del quinto regimiento. Cumplirá. No los traicionará. Y sabrá de aquel tren que llevaba los cuadros del Museo del Prado. Uno de sus compañeros le contará la historia de la persona que iba a volarlo y no pudo: Jordi. Las palabras de Jordi suenan con fuerza de epitafio: “En esas hojas estaba escrita la historia […] y la tuya… y la mía… Era aterrador, pero allí estaba todo escrito. Todo lo que iba a sucedernos. Todo lo que quedaría de nosotros. Hojas y hojas en blanco.” ¿Qué queda al final de tanta muerte? Me pregunto. Atrévanse con su lectura. Les impresionará.
© Pedro F. Navarro, 2008

(Columna Noveno Arte publicada originalmente en el periódico 30 Días en febrero 2008)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gran historia, en efecto, pero creo que difícil de conseguir. sAlió hace años y no debe ser nada fácil de encontrar