domingo, 22 de noviembre de 2009

Sandman. Noches Eternas

Es el regreso de Neil Gaiman al personaje que se lo ha dado todo, al personaje que inundó su vida y sus sueños desde aquel huracán de finales de 1987 hasta 1996. Tras siete años desde que acabase su serie, tras cinco desde que publicase aquella última incursión con el cuento ilustrado Cazadores de sueños.

Una historia con final

Traje y capa morada, sombrero y mascara de gas, su nombre Wesley Dodds; T
raje rojo y amarillo, miles de monitores rodeándoles en una burbuja perdida en el sueño, sus nombres Dr. Garret Sandford y Hector Hall. Todos diferentes, todos Sandman. Tres personajes, partes de un mismo sueño.
Verano de 1987, Neil Gaiman escribe el borrador inicial de la que será su primera obra para DC Comics, Black Orchid, concretamente el núm
ero 1, en una nota comentaba al dibujante Dave Mckean: “Incidentalmente... una idea que me gusta pero que puede parecerte demasiado banal, es que, si como ahora, hay mucha gente dentro de un sueño, incluyamos personajes de la Corriente Onírica DC. Puesto que los sueños son de todas maneras ilógicos, poner a Caín y Abel de camareros, o a Sandman, Bruto y Glob en una esquina, en un ángulo raro, mientras pasa el taxi, tendría un cierto sentido, complicado y tramposo. No destacarían, sólo estarían allí.”
Del segundo borrador desapareció, pero en la mente del guionista empezó a bullir aquella idea.

El autor había barajado c
on DC Comics una lista de personajes con los que estaba interesado trabajar, entre ellos curiosamente no estaba Sandman, pese a que tenía en mente hacer algo con la versión que realizó Jack Kirby en los 70, como le mencionó de pasada a Karen Berguer en septiembre de 1987 durante la Convención de Cómic inglesa celebrada en Londres. Su intención primera era la de realizar una serie de terror, no una serie de superhéroes. Un tiempo después recibió una llamada de teléfono, era Karen, querían que realizara un cómic de Sandman, la única limitación que le imponían era la conservación del nombre, el resto corría de su cuenta, tenía el camino libre.
Por aquellas fechas un huracán comenzó a asolar el Sur de Inglaterra, Neil Gaiman sólo pensaba en la historieta. Cuando regresó la electricidad escribió compulsivamente treinta folios con el argumento de lo que más tarde serían los ocho primeros números de la colección, lo envió a la editorial. El proyecto fue aceptado. Sandman, tal y como lo conocemos, había nacido.

La serie duró setenta y cinco números, un espe
cial y dos historias cortas desde enero de 1989 hasta marzo de 1996 englobados en un total de diez arcos argumentales 1, además de un cuento ilustrado aparecido en 1998 2. Contó la historia que quería contar, y su editorial respetó su silencio, respetó su obra.
En el año 2003 se celebraba el décimo aniversario del sello Vertigo. Karen Berguer propuso a Gaiman contar una historia más de Sandman para tal efemé
ride.
Durante dieciocho meses el autor escribió Noches Eternas. En septiembre de 2003 apareció el libro en Estados Unidos, Sandman regresó.
Un libro que contiene el universo

Un hombre se propone la tarea de dibujar
el mundo. A lo largo de los años puebla un espacio con imágenes... Poco antes de morir descubre que ese paciente laberinto de líneas traza la imagen de su cara.
Jorge Luis Borges

Noches eternas no es sólo una colección de historias sobre los Eternos. Narra olvidos y desilusiones, trozos de papel flotando en el agua, sangre derramada sobre una mesa, dones fugaces en el alba de los tiempos, el abandono de tu cuerpo sobre una calzada, canciones de lagartos y sueños de peces-pájaro, búsquedas lejanas. Sus páginas
nos devuelven unos personajes ya conocidos pero sin embargo una vez que se inicia la lectura se nos antojan nuevos, es el mayor merito de estas historias. No nos hace falta el recuerdo anterior para disfrutar del libro. No importa si no conoces a Sandman, no importa si no has leído nunca nada de este personaje, y al mismo tiempo, si lo has hecho, no importa todo lo que has leído, no importa, porque los senderos siempre han estado ahí, y este es el destino de todas las historias, ser caminadas por la lectura. Noches eternas no es sólo una colección de historias sobre los Eternos.
Muerte y Veneci
a la primera historia es dibujada por P. Craig Russell, el único autor del presente libro que había trabajado anteriormente con Neil Gaiman, narra paralelamente la historia de un conde y su sequito viviendo un repetido día perfecto y la historia de un soldado de permiso en Venecia. Una Venecia lluviosa y nublada envuelta en sombras que contrasta con la luminosidad de la historia del conde o la luz irreal de los recuerdos del soldado.
Lo que he saboreado de Deseo está dibujada por Milo Manara, y el hecho de que aceptara esta historia es uno de los motivos fundamentales de la existencia de este libro. Es una historia de amor no correspo
ndido cuya búsqueda por parte de la protagonista femenina del deseo del personaje masculino nos arrastra hasta una resolución determinada por el nacimiento del deseo colectivo.
El corazón de una estrella dibujada por Miguelanxo Prado es quizás la historia más redonda, es una historia que nos transporta hasta un alba de los tiempos en donde todo es nuevo, en donde todo nada más ha comenzado a existir. Una historia narrada por un “padre” a su “hija” mientras empieza a dormirse. En esta historia vemos a los Eternos en sus orígenes, y vemos el nacimiento de una enemistad entre dos de ellos. Es la única historia de todo el libro en la que aparecen los siete eternos, y la única que inte
nta estar enlazada con una cierta continuidad dentro de la línea superheroica de Dc Comics. Como podemos ver en el personaje Sto-Oa, reminiscencia del origen de los Green Lantern Corps, o en el diálogo premonitorio que tienen Desespero y Rao, el sol de Krypton.
Quince retratos de Desespero es dibujada por Barro
n Storrey y diseñada por Dave Mckean, no es una historieta sino quince relatos ilustrados breves que intentan mostrarnos matices de la propia desesperación y que a la vez nos devuelven el propio retrato del personaje. Colores térreos que nos muestran manchados en un rojo sangre lo terrenal, imágenes de las que emanan reminiscencias del mejor Francis Bacon y le dan a las historias el soporte perfecto.
Hacia adentro es dibujada por Bill Sienkiewicz la realidad y lo ficticio se entremezclan en un vi
aje al centro de la locura, personajes reales envueltos en desnuda tinta china deambulan por un imaginario mundo repleto de brillantes colores, lo real no tiene sustancia y los peces lo envuelven todo soñando volar como pájaros hacia un lejano fundido en blanco.
Destrucción con dibujo de Glenn Fabry es sin lugar a dudas la historia con un dibujo más previsible y menos sugerente. Es la historia de una arqueóloga que realiza un viaje hacia una excavación secreta en una península que hace un año no existía.

Noches eternas es la última historia dibujada magistralmente por un Frank Quitely que sabe conjugar los mejores recursos de la ilustración para envolver un sugerente texto
del guionista dándonos siempre la sensación de leer en viñetas pese a la ausencia de marco.
El guionista cierra en esta historia el libro que adquiere unas connotaciones que unen todos los relatos confiriéndole una extraña coherencia.Siete relatos uno para cada miembro de la familia de Sueño. Gaiman no ha olvidado al niño que fue porque nunca ha dejado de serlo. Sus historias son las historias que, como niños, nos hubieran gustado que nos contaran. Nos fascinan porque tocan la fibra del niño que todos ocultamos en nuestro interior. Del niño que reprimimos y que el autor consigue hacernos aflorar. Gaiman cuida cada detalle de sus guiones, cada guiño, cada personaje es mimado, nos ofrece estructuras narrativas coherentes, cerrando espléndidamente cada una de las historias. Historias que se nos quedan prendidas.
Un libro se cierra y una pregunta queda en el aire.

¿Cuál es el destino de todas las historias?

Felices sueños.


1.- Preludios y nocturnos. La casa de muñecas. País de sueños. Estación de Nieblas. Un juego de ti. Fábulas y reflejos. Vidas breves. El fin de los mundos. Las benévolas. El velatorio.


2- The Sandman: Cazadores de Sueños.



© Pedro F. Navarro, 2004


(Artículo publicado originalmente en la revista Las Estaciones de Nemo nº28 en el invierno de 2004)

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