sábado, 17 de julio de 2010

Cuanta tierra necesita un hombre


Cuanta tierra necesita un hombre. Miguel Ángel Díez (Adaptación de cuentos de León Tolstoi). Col. Novela Gráfica. Edelvives. Cartoné. 101 págs. B/N.

¿Cuál es tu sueño? Pajom, un campesino ruso, sueña con tener más y más tierras en su poder. Lo hace por su familia. Es lo que se dice. Se engaña. Es ambicioso. Y la ambición se le desborda. Y el diablo le escuchará, y sin él saberlo, le aceptará un desafío lanzado a destiempo. Obtendrá tantas tierras como crea necesitar. Y paso a paso, mediremos su afán sin límite, y como la posesión de la tierra se le clava en el carácter, y como la medida de las cosas acaba perdiendo su sentido.

Miguel Ángel Díez (Aspe, Alicante 1973) ilustrador y dibujante de comics nos sumerge en el imaginario del gran escritor ruso Lev Tolstoi (1828-1910) con esta adaptación que conmemora el centenario de su fallecimiento. Sorprenderá al lector la elección de la obra a adaptar aunque se trata de un cuento muy conocido. James Joyce lo consideraba el mejor relato escrito jamás. Insertos en la narración se encuentran hasta siete cuentos a modo de pequeños relatos, de subtramas que no hacen más que agrandar la profundidad psicológica del cuento principal. Sin lugar a dudas, una adaptación arriesgada en su propuesta y un guión resuelto con audacia e inteligencia que lleva al lector de la mano por tierras rusas, paisajes áridos y la personalidad pétrea de campesinos adustos. La lucha por la tierra como único modo de supervivencia se impone a todo. En el apartado gráfico destaca el temple en la narración; una continuidad necesaria llevada con mano firme. El paso del tiempo adquiere un valor casi premonitorio, realzado por una serie de recursos impecables en su ejecución. El trazo sintético, rodeado de aguada, realza volúmenes y los personajes adquieren una capacidad de expresión que los vuelve vivos y creíbles.

Pajom realiza grandes esfuerzos por progresar. Lo hace por su familia. Lo hace buscando la felicidad. Y cada paso lo aleja más de ellas. No se da cuenta. Es incapaz de ver su error. Zajun, el contador de cuentos que le acompaña, es la conciencia del protagonista. Conciencia que no escucha. Le dirá: “No hay nada inútil sobre la tierra, ni siquiera las cosas que parecen insignificantes”. No le entenderá. La ambición de Pajom es una huída hacia delante carente de fin, y claro, de principios.

© Pedro F. Navarro, 2010


(Columna Noveno Arte publicada originalmente en el periódico 30 Días en mayo de 2010)